sábado, 17 de octubre de 2015

Nuestros demonios (II)

¿Recuerdas ese beso? ¿Sentiste como en ese momento las espinas rodeaban tus muñecas? Creo que solo lo sentía yo. Esa sensación que me atrapaba, me alejaba de ti.
Me odiaba y con todas mis fuerzas intentaba acercarme a esos labios rojos por la sangre. ¿Por que crece mi adicción por tus labios? ¿Sera ese sabor?
Las espinas marcaron mis muñecas, todo por intentar ir hacia ti. No sufro por el dolor que estan me provocan, si no por lo poco que puedo tenerte.
Debes irte, debo irme, en nada nos parecemos, en todo somos iguales.
Estoy rodeado por estas espinas, atado contra la pared, mis labios te necesitan, mi cuerpo te necesita.
Todo mi interior esta vació, apagado y con necesidad de ti. Las caricias perdidas que quedan en mi piel, en mi interior. Mi respiración se agita cuando te recuerdo con mi cuerpo y a gritos te nombro. Mis ojos se cierran, mi pecho sube y baja y siento como nado con tu recuerdo.
Las caricias que quedaban en mi se agotan, voy perdiendo el recuerdo de tus manos, tu boca. No recuerdo tu sabor. Estas espinas rodean mi alma y la exprimen. No puedo divisar ni siquiera el poco recuerdo que me queda de ti por las lagrimas de mis ojos.
Que nada nos separe, que todo recuerdo de nuestro amor reviva. Que aunque la vida nos acabe estemos juntos, siendo uno, siendo todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario