miércoles, 17 de diciembre de 2014
No lo supe...
martes, 18 de noviembre de 2014
La ultima carta
martes, 9 de septiembre de 2014
Adiós
Somos egoístas con nosotros mismos, ¿Por qué buscamos la felicidad de quien amamos, Cuando podemos ser felices junto a ellos?
El amor duele, duele ver a la persona a la que le hemos regalado el corazón de la mano de otro amor, ¿No hemos sido lo suficiente? ¿No le hemos dado lo que nos pedían? ¿Tan malos habremos sido en el amor?
Pido perdón a la mujer que ame, perdón por amarla y no haberme ido cuando debía, por darle todo mi amor, por ti ahora soy fuerte. Te amo ¿Sabes? Pero no como antes, el amor que tengo por ti ya no es capaz de dar la vida por ti. Este amor nunca morirá, jamás amare a nadie como a ti, porque a distintas personas hemos amado diferente, y amaremos diferente. No confundas este perdón con arrepentimiento, porque no arrepiento de haberte amado.
Ahora soy otra persona a la que jamás conocerás, a la que nunca dejare que conozcas.
“Adiós” te dice aquel que te ama, aunque aún habrá una parte de el en mí, y espero que también en ti.
No llorare por ti, he aprendido que no mereces mis lágrimas, tu mirada de indiferencia ha dolido, pero esa cicatriz, solo eso será, una cicatriz en mí, porque heridas ya no habrá, no más por ti.
Que seas feliz, es lo que he querido desde un principio. Ahora me toca ser feliz a mí.
sábado, 6 de septiembre de 2014
confesión tardia
martes, 26 de agosto de 2014
Cambios de personajes
sentirá vivir esas aventuras que narran los libros? la adrenalina del momento, en el que debes salvar... ¿A quién? digo, bueno es raro de explicar, ¿que sentirá el libro cuando las personas lo toman con sus manos? bueno, todo depende de que manos obvio, están los amantes de los libros, los que leen por obligación, hay muchos tipos, bueno, no sé qué sentirán los libros, pero si se, a desgracia, lo que sienten los personajes de los libros, historias, cuentos, después de todo yo lo soy,
antes estuve en tu lugar, me refiero a que antes era yo el lector, no debería estar contándote esto, no estoy haciendo caso a las letras originales y estoy 'cambiando' la trama, malditas tramas de los libros, que debes actuar una y otra y otra vez, cuantas veces quiera el lector, yo antes era un simple lector que encontró en una biblioteca de por ahí, ni recuerdo donde quedaba, bueno si aún
existirá, no sé cuánto tiempo llevo en este escrito, solo tengo en mi mente lo que el autor escribió:
"y el entro, en aquella habitación tan oscura, sin darse cuenta que en lo más profundo de aquella habitación se escondía el peor de los pecados..." y así muero cada vez que alguien decide leer este libro, aburrido ¿verdad? los recuerdos de cómo entre no los tengo por completo, creo que me había encantado el personaje principal, (ahora yo), y de la nada, me maree, mis ojos pesados y de la nada he aquí en el comienzo de la historia, aquel maldito me quito mi vida, bueno como si fuese la gran cosa, debe estar viviendo más 'aventuras' de las que vivo yo en este libro, al fin y al cabo termino muriendo, gran cosa, que gran escritor, alabados por muchos, mientras yo aquí muriendo de la misma forma, aburrida forma de morir muerto por la envidia, ¿Cuantos han envidiado a los personajes, porque querían esas aventuras, o esos amores? ja já que idiotez, al final del libro me mata la envidia, no preguntes como, por que ni yo lo sé, pero, no es tonto, no importa, yo era solo un alumno de la secundaria alta, me gustaba leer, pero bueno mi vida no era la gran cosa, aparecí aquí después de leer el final, creo que en ese momento yo deseaba de alguna forma ser
ese personaje, al cual acababa de matar con mi lectura, y aquí estoy, pagando de alguna manera mi envidia hacia algo que en un principio no creí que existiera, pero bueno, ¿tu vida es aburrida?
"y el entro, en aquella habitación tan oscura, sin darse cuenta que en lo más profundo de aquel
cuarto se escondía el peor de los pecados..." quieres leer el final, digo ¿cambiamos puestos?
martes, 19 de agosto de 2014
Tenshi
Se cerró la puerta de madera y entonces lo vi, sobre la mesa, ahí prendida y conectada. Lo que normalmente me suele enfadar porque prefiero ahorrar energía, economizar un poco pero ahora
no, ahora solo... solo me acerca a la computadora que tenía escrito en ella, las palabras de el... no servía para hablar, se ponía nervioso, a veces tartamudeaba, solía ponerse colorado, pero escribiendo lo que pensaba era capaz de romperte el alma, siempre y cuando entendieras, esas
pequeñas indirectas.
"Querida ángel, lo se, aun no sabes porque te llamo así, pero no puedo llevarme este secreto ¿verdad? Bien, ¿recuerdas cuando te conocí? era un día soleado, el mas hermoso, ibas vestida de negro, con tu sonrisa iluminando tu rostro, en ese momento, cuando te encontré, te metiste bajo mi piel como nadie antes lo hizo, pero bien, fuiste ese ángel del que me enamore, aquel que me salvo y me llevo a mi fin.
Hemos pasado por tantos momentos, buenos y malos, pero prefiero llevarme los buenos, ¿Para que recordar los malos?, ¿Para llevarme el dolor?, creo que ya lo he padecido bastante estos últimos meses, si últimos, porque ya no habrá mas, ya no.
Quisiera saber, ¿Cómo estás leyendo esta carta? con mi voz, como en las películas, o con tu voz, reprimiendo cada recuerdo de mi.
¿Pensaras en mí? así como lo hacías antes ¿o tus pensamientos ya tienen nuevo dueño? Y me llevare conmigo esta duda. No te preocupes cumpliré mi promesa, por lo menos yo si lo hare,
nunca te dejare sola, estaré contigo. A mi manera, pero estaré, te cuidare, te protegeré, como todas las noches velare por tus sueños, te daré el beso en la frente antes de dormir, como cada
noche, aunque desde los últimos meses no te has dado cuenta de lo que hacía por ti.
Como cada noche, repito, en los ÚLTIMOS. ya no habrá más, mis lágrimas salen, y su sabor salado recorre mis labios, limpiando cada rastro que tus labios dejaron, mis ojos se inundan de tu recuerdo, y mi corazón... se siente vacío sin ti, yo solo soy un recipiente vacío sin ti.
La forma de ignorarme, tu forma de ignorarme es como una soga en mi cuello que me aprieta, y me deja sin aire, sin vos.
Creo que nunca te conté como me enamore de ti, eso para ti es un secreto, la primera vez que te escuche llorar, habías tenido un corte en tu mano derecha, recuerdo bien, fue un jueves, no se
habían preocupado por ti, y debiste curar la herida tu sola, normalmente no te harías problemas por esos cortes, pero te dolió que tu familia se preocupe por un simple gato, él te había rascuñado, lloraste, te escuche. En aquel tiempo solo podíamos hablar por teléfono, mi corazón se sintió raro, latía rápido, y hay me di cuenta que te quería, que debía cuidarte, y te prometí, que yo me preocuparía por ti.
¿Sabes? el enemigo de cada humano, de cada ser, está dentro nuestro, que nos juega en contra, que nos deja ciego, que aunque queramos, no podemos encontrarlo, maldito corazón. Metafóricamente hablando sí, pero sigue siendo nuestra mente la que nos tira los recuerdos en la cara, metafóricamente hablando. Ni el corazón, ni la mente ayudan, uno se queda estúpidamente
ciego, y el otro almacena.
Ya no más ángel, ya no más, soy ese estúpido hombre que se enamoró de una mujer, típico, común, normal, como todo el mundo, pero ¿Cuantos han dado lo que yo te he dado a ti? ¿Cuantos han dado su corazón, han dado su ser, su vida? si su vida.
Ángel, ¿hace cuánto no te llamo por tu verdadero nombre? siempre me retabas cuando lo hacía, mis ojos han perdido su brillo, mi alegría se ha ido, se fue con tus recuerdos, pensé que me habías prometido que nunca me dejarías solo.
también te llamaba pecado, porque eso eres, el pecado en mi, la fruta prohibida, porque apesar de todo, siempre fuiste algo que no debí probar.
Amor, hazme un último favor, no mires en el cuarto de al lado, lo que menos quiero es que me veas así, solo vete, pero llévate contigo mi corazón, que lo he dejado en la mesa".
Sin darme cuenta, ahí sobre la mesa, se encontraba una pequeña caja de madera, que tenía tu corazón, un pequeño trozo de cristal con forma de un bello corazón. Perdón por no hacerte este último favor, pero no podía, tu cuerpo ahí, tus pies a cm del piso, sin tocarlo, sin darme cuenta
solo deje caer aquel frágil cristal, haciéndose trizas al tocar el suelo.