martes, 26 de agosto de 2014

Cambios de personajes

¿Alguna vez te has enamorado de un libro? ¿O de un personaje? ¿Te has preguntado que se
sentirá vivir esas aventuras que narran los libros? la adrenalina del momento, en el que debes salvar... ¿A quién? digo, bueno es raro de explicar,  ¿que sentirá el libro cuando las personas lo toman con sus manos? bueno, todo depende de que manos obvio, están los amantes de los libros, los que leen por obligación, hay muchos tipos, bueno, no sé qué sentirán los libros, pero si se, a desgracia, lo que sienten los personajes de los libros, historias, cuentos, después de todo yo lo soy,
antes estuve en tu lugar, me refiero a que antes era yo el lector, no debería estar contándote esto, no estoy haciendo caso a las letras originales y estoy 'cambiando' la trama, malditas tramas de los libros, que debes actuar una y otra y otra vez, cuantas veces quiera el lector, yo antes era un simple lector que encontró en una biblioteca de por ahí, ni recuerdo donde quedaba, bueno si aún
existirá, no sé cuánto tiempo llevo en este escrito, solo tengo en mi mente lo que el autor escribió:
"y el entro, en aquella habitación tan oscura, sin darse cuenta que en lo más profundo de aquella habitación se escondía el peor de los pecados..." y así muero cada vez que alguien decide leer este libro, aburrido ¿verdad? los recuerdos de cómo entre no los tengo por completo, creo que me había encantado el personaje principal, (ahora yo), y de la nada, me maree, mis ojos pesados y de la nada he aquí en el comienzo de la historia, aquel maldito me quito mi vida, bueno como si fuese la gran cosa, debe estar viviendo más 'aventuras' de las que vivo yo en este libro, al fin y al cabo termino muriendo, gran cosa, que gran escritor, alabados por muchos, mientras yo aquí muriendo de la misma forma, aburrida forma de morir muerto por la envidia, ¿Cuantos han envidiado a los personajes, porque querían esas aventuras, o esos amores? ja já que idiotez, al final del libro me mata la envidia, no preguntes como, por que ni yo lo sé, pero, no es tonto, no importa, yo era solo un alumno de la secundaria alta, me gustaba leer, pero bueno mi vida no era la gran cosa, aparecí aquí después de leer el final, creo que en ese momento yo deseaba de alguna forma ser
ese personaje, al cual acababa de matar con mi lectura, y aquí estoy, pagando de alguna manera mi envidia hacia algo que en un principio no creí que existiera, pero bueno, ¿tu vida es aburrida?

 "y el entro, en aquella habitación tan oscura, sin darse cuenta que en lo más profundo de aquel 
cuarto se escondía el peor de los pecados..." quieres leer el final, digo ¿cambiamos puestos?

martes, 19 de agosto de 2014

Tenshi

Se cerró la puerta de madera y entonces lo vi, sobre la mesa, ahí prendida y conectada. Lo que normalmente me suele enfadar porque prefiero ahorrar energía, economizar un poco pero ahora
no, ahora solo... solo me acerca a la computadora que tenía escrito en ella, las palabras de el... no servía para hablar, se ponía nervioso, a veces tartamudeaba, solía ponerse colorado, pero escribiendo lo que pensaba era capaz de romperte el alma, siempre y cuando entendieras, esas
pequeñas indirectas.
"Querida ángel, lo se, aun no sabes porque te llamo así, pero no puedo llevarme este secreto ¿verdad? Bien, ¿recuerdas cuando te conocí? era un día soleado, el mas hermoso, ibas vestida de negro, con tu sonrisa iluminando tu rostro, en ese momento, cuando te encontré, te metiste bajo mi piel como nadie antes lo hizo, pero bien, fuiste ese ángel del que me enamore, aquel que me salvo y me llevo a mi fin.
Hemos pasado por tantos momentos, buenos y malos, pero prefiero llevarme los buenos, ¿Para que recordar los malos?, ¿Para llevarme el dolor?, creo que ya lo he padecido bastante estos últimos meses, si últimos, porque ya no habrá mas, ya no.
Quisiera saber, ¿Cómo estás leyendo esta carta? con mi voz, como en las películas, o con tu voz, reprimiendo cada recuerdo de mi.
¿Pensaras en mí? así como lo hacías antes ¿o tus pensamientos ya tienen nuevo dueño? Y me llevare conmigo esta duda. No te preocupes cumpliré mi promesa, por lo menos yo si lo hare,
nunca te dejare sola, estaré contigo. A mi manera, pero estaré, te cuidare, te protegeré, como todas las noches velare por tus sueños, te daré el beso en la frente antes de dormir, como cada
noche, aunque desde los últimos meses no te has dado cuenta de lo que hacía por ti.
Como cada noche, repito, en los ÚLTIMOS. ya no habrá más, mis lágrimas salen, y su sabor salado recorre mis labios, limpiando cada rastro que tus labios dejaron, mis ojos se inundan de tu recuerdo, y mi corazón... se siente vacío sin ti, yo solo soy un recipiente vacío sin ti.
La forma de ignorarme, tu forma de ignorarme es como una soga en mi cuello que me aprieta, y me deja sin aire, sin vos.
Creo que nunca te conté como me enamore de ti, eso para ti es un secreto, la primera vez que te escuche llorar, habías tenido un corte en tu mano derecha, recuerdo bien, fue un jueves, no se
habían preocupado por ti, y debiste curar la herida tu sola, normalmente no te harías problemas por esos cortes, pero te dolió que tu familia se preocupe por un simple gato, él te había rascuñado, lloraste, te escuche. En aquel tiempo solo podíamos hablar por teléfono, mi corazón se sintió raro, latía rápido, y hay me di cuenta que te quería, que debía cuidarte, y te prometí, que yo me preocuparía por ti.
¿Sabes? el enemigo de cada humano, de cada ser, está dentro nuestro, que nos juega en contra, que nos deja ciego, que aunque queramos, no podemos encontrarlo, maldito corazón. Metafóricamente hablando sí, pero sigue siendo nuestra mente la que nos tira los recuerdos en la cara, metafóricamente hablando. Ni el corazón, ni la mente ayudan, uno se queda estúpidamente
ciego, y el otro almacena.
Ya no más ángel, ya no más, soy ese estúpido hombre que se enamoró de una mujer, típico, común, normal, como todo el mundo, pero ¿Cuantos han dado lo que yo te he dado a ti? ¿Cuantos han dado su corazón, han dado su ser, su vida? si su vida.
 Ángel, ¿hace cuánto no te llamo por tu verdadero nombre? siempre me retabas cuando lo hacía, mis ojos han perdido su brillo, mi alegría se ha ido, se fue con tus recuerdos, pensé que me habías prometido que nunca me dejarías solo.
también te llamaba pecado, porque eso eres, el pecado en mi, la fruta prohibida, porque apesar de todo, siempre fuiste algo que no debí probar.
Amor, hazme un último favor, no mires en el cuarto de al lado, lo que menos quiero es que me veas así, solo vete, pero llévate contigo mi corazón, que lo he dejado en la mesa".

Sin darme cuenta, ahí sobre la mesa, se encontraba una pequeña caja de madera, que tenía tu corazón, un pequeño trozo de cristal con forma de un bello corazón. Perdón por no hacerte este último favor, pero no podía, tu cuerpo ahí, tus pies a cm del piso, sin tocarlo, sin darme cuenta
solo deje caer aquel frágil cristal, haciéndose trizas al tocar el suelo.

sábado, 16 de agosto de 2014

¿Como es el primer amor?

¿Cómo es el primer amor?
Puso una cara de felicidad, seguro su primer amor habrá sido único, hermoso, insuperable, las palabras que necesita escuchar se acercaban, mi sonrisa escondida pateaba y golpeaba para salir, pero dos simples palabras la mataron, la golpearon hasta mas no dar y la tiraron a una zanja, dos palabras que retumbaron en mi cabeza una y otra y otra vez, “una” iba y venia por las paredes de mi cerebro, saltaba, golpeaba y asesinaba a toda felicidad alguna,  y “mierda” termino explotando mi cerebro, haciendo de el una fuente con la sangre de mi felicidad, “una mierda” . Se venía el discurso, de “jamás pero…”
-…jamás sigas al primer amor, en un principio todo será chocolate y rosas pero terminara en cigarros y ron, querrás matar penas ahogándote en alcohol, prostitutas, y juego, pero para algunos en helado, películas románticas y atragantándose con el relleno del oso de peluche al cual explotaron de tanto abrazar. Eres feliz, sonríes, amas, todos los días son únicos, agradeces en estar vivo hasta que viene ese maldito momento, donde toda felicidad que tuviste la tiran a las vías del tren, y para el colmo, el tren viene a horario. Disfrutas de esas caminatas tomados de las manos, mirar el atardecer por más que te estés quedando ciego por culpa del maldito sol o estés incomodo en la posición, pero no haces nada, nada, porque deseas seguir abrazado de esa persona, maldito y estúpido amor.
Toda felicidad alguna es asesinada y descuartizada en un abrir y cerrar de ojos pero ojo todo es tu culpa, hiciste que la pasión se fuera, volviste todo una rutina, ya no me decías cursilerías, ¿Por qué demonios no te atragantas con las malditas rosas y el kilo de chocolate que te regale hace dos días, perra inmunda? Todo es tu culpa, aunque le ponías garras, el pecho a las balas por la relación de mierda que te llevo a sufrir por primera vez, pero ojo, aunque todos lo nieguen y digan con revoleando las manos como si estuviesen tirando rosas y jazmines al aire “soy sado” no mierda, todos pero todos ¡T-O-D-O-S! somos masoquistas, porque luego de un mes, un año o como la perra de mi ex pareja, una hora nos volvemos a enamorar, otra vez vomitamos y defecamos arcoíris, y estamos pegados a la otra persona “Déjame ir al baño en paz”, no importa cuánto hallas sufrido antes, volverás a enamorarte y volverás a sufrir, porque la etapa de “somos solo amigos, estamos conociéndonos” es como eructar unicornios que defecan arcoíris, luego el primer mes de pareja son mimos, abrazos, conoces a sus amigos y esas estupideces y suspiras y dices “que hermoso es el amor” hasta que se te cae un volquete de mierda, porque eso es el amor, una mierda con olor a rosas, las peleas vienen, pero las reconciliaciones son estupendas, te enamoras cada vez más, y piensas “cuando cumplamos un año dejare de comprar condones, quiero que sea la madre de mis hijos” rájate un tiro, tarde o temprano los condones los dejaras de comprar, y le compraras las pastilla que está en oferta, o por tu culpa, la pasión se fue.
Las mujeres son histéricas, nadie las entiende, las discusiones pasan a ser algo de todos los días, no hablemos de los celos:
“-¿Quién es esa?
-mi abuela.
-¿ahora te gustan las viejas?”
Celos, celos, putos celos, ¿Quién demonios las entiende? “no me gusta tus celos, ¿Acaso no confías en mí?” “¿Por qué no me prestas atención?, a ti te da igual con quien este, o si me estaré acostando con otro”. Ojo, no solo las mujeres son así, los hombres también pero no encontraras al hombre que te haga feliz, porque el muy estúpido está enamorado locamente de la idiota que está detrás del modelo, ruso de ojos claros que tiene abdomen de cubetera que la hace sufrir.  En fin… ¿En qué me quede? Ah sí, el primer amor es una mierda.
Pero el fin y al cabo te terminaras enamorando una y otra y otra vez hasta que creas que llego la indicada, pero creerás que todas son las indicadas, porque te enamoras, amas y piensas que esa mujer es la madre de tus hijos, la abuela de tus nietos, la bisabuela de tu bisnietos pero déjate de pendejadas, tendrás distintos tipos de parejas. La histérica, la celosa, la cornuda, la que te cornea, y quizás alguna que sea todas las anteriores.

Pero aprendes algo de todo eso, que eres una persona, que sufres, que mas, aprendes a valorar a alguien, a cuidar, a llorar por alguien, pero a pesar de que hallamos sufrido y no importa cuanto lo volveremos a intentar, somos masoquista, y aunque el amor sea una mierda con olor a rosas, nos enamoraremos de nuevo.

martes, 12 de agosto de 2014

Gomitas...

¿Cómo es? Es ella, simplemente ella. Con su cabello enrulado con esos perfectos rulos negros que caen por su rostro, cubriendo un poco sus mejillas levemente sonrojadas y siempre con la mirada perdida, ¿Qué miraban esos ojos? Esos ojos marrones con destellos verdes esa rara combinación pero a la vez perfecta.

¿La primera vez que la vi? Fue en aquel lago, sentada, los audífonos puestos, mirada perdida como cada vez que la veía, ¿Qué escuchaba? No lo sé y no me animaba acercarme a preguntar, es que… no le hubiera prestado atención a alguien como yo.

Recuerdo la primera vez que la vi sonreír. Sus pómulos se levantaron como si fueran dos manzanas pequeñas, su sonrisa era grande. Llevaba el pelo suelto, el viento soplaba haciendo que sus rulos se levantaran y en ese instante sonrió, capaz sonaba su canción favorita y el momento acompaño aquella melodía.

No soy el tipo de persona que alguien buscaría. Con problemas de sobrepeso, ojos oscuros, pelo negro (muy desarreglado por cierto) ¿Quién podría fijarse en mí? ella no.
No puedo ir y pararme frente a ella para hablarle, no, no, no y no. Si tan solo pudiera ser… otra persona, si solo no fuera yo.

¿Qué hubiera pasado si hubiera tomado valor para hablarle? Quizás aquella lista no la hubiera hecho por nada. Aún recuerdo cuando la escribí, era de esas noches donde no podía conciliar el sueño, y los pensamientos florecían, necesitaba hacer algo conmigo, algo mas… no sé, me levante de mi cama, busque entre mi desorden mi mochila para tomar una hoja de una carpeta, un bolígrafo y empezar a escribir: 

Lista para gustarle a alguien, quizás a ella:
Dieta estricta
Caminata por las mañanas
Una serie de ejercicios de dos horas
Más confianza y seguridad.
No ser yo.

Le tome costumbre el ir al aquel parque, era parte de mi rutina. Quería ver sus rizos volar a causa del viento, intentar adivinar en que perdía su mirada. A veces hablaba conmigo mismo y me decia que me acerque a ella pero mi cuerpo no reaccionaba, y siempre quedaba parado como un idiota.

Hubo una vez que me levante sin ánimos de nada… ahora que lo pienso bien, ni siquiera me levante… ¿O sí? Maldita mente que me juega malas pasadas. La cosa era que no tenía ganas de nada, no deseaba levantarme, y estuve la mitad del día, eso es, me había despertado sin ánimos, y no deseaba levantarme, pero tuve que hacerlo para ir al parque.
Era un día frió me puse un jean negro y un buzo oscuro con capucha, mis ánimos no estaban del todo bien. Me sentía mal, presentía que seria un día perdido. Ella ni siquiera apareció, el parque estaba vacío sin su presencia, o así lo sentía. Decidí sentarme donde ella normalmente lo hacía e intente observar lo que ella observaba. Frente a mí se encontraba un gran árbol junto a este un pequeño lago, mas allá, cruzando la calle un gran edificio de quien sabe cuántos pisos, no es que uno vaya contando los pisos de cada edificio. Este reflejaba un poco el parque gracias a la gran vidriera que tiene, de pronto ella llega, y toma el asiento que normalmente yo ocupaba para observarla (Aunque suene acosador), sentí como mis orejas se calentaban de la vergüenza. Quizás se diera cuenta que la observaba, que era a ella a quien mis ojos se perdían al mirar. Y así paso el día hasta que uno de los dos se fue, no recuerdo quien abandono el parque primero pero si recuerdo que ella volvía a perder la mirada pero esta vez desde el asiento donde yo la veía siempre. En mi caso perdía mi mirada en aquel edificio que apenas la reflejaba, si me concentraba lo suficiente en sus cristales podía verla bien, ver sus rulos volar por el viento.

Uno de esos días de frió que tanto me gustan olvide de ir al parque, me deteste. Perdí una oportunidad de poder seguir viéndola, un día para seguir intentando caminar hacia ella y hablarle.
Intente dibujarla, una y otra vez pero ese día mi mente me jugaba malas pasadas, a veces la hacía con el pelo lacio o con los ojos oscuros, incluso la dibuje sin su sonrisa. Quizás era mi mente diciéndome que me olvide de ella. Era normal olvidarme la contraseña de mi móvil, las llaves o la dirección de casa, eso no me molestaba pero no quería olvidarme de ella. Así eran mis pesadillas, despertar y no recordarla.

Un día me levante con el orgullo alto. Me vestí con un jean negro, mi buzo favorito y camine con la frente en alto hacia el parque pero antes de llegar decidí comprar unas gomitas, de esas que tienen forma de pirámide pero curva a la vez, de varios colores, verdes, rojas, amarillas de esos colores brillantes, llevaba un pequeño arco-iris en una bolsa transparente… comí dos, no recuerdo de que color. Una vez que llegue al parque, tome aire, y me dirigí a ella, le ofrecí gomitas… luego… luego… no recuerdo…


Ese día él se acercó a mí, me hablo, reímos, comimos de las gomitas que tanto me gustan y nos despedimos prometiendo volver pero parece que él se olvide de mí, o de donde queda el parque porque nunca más supe de él, ni de las gomitas que comimos juntos, si tan solo el supiera.